LEOCADIA: JANA EXPÓSITO’S KILLER || Chronicles and Analysis of La Promesa
Una nueva promo de La Promesa apunta a Leocadia como la verdadera culpable
La cadena ha sorprendido a los seguidores con una nueva promoción que, en lugar de emitirse el viernes como se esperaba, se reserva para el lunes, y lo cierto es que ha dejado a la audiencia con la boca abierta. Las imágenes ofrecen un giro inesperado en la investigación del atentado contra Hann, revelando con bastante claridad quién pudo ser la persona que apretó el gatillo. Todas las miradas se dirigen hacia doña Leocadia de Figueroa, quien aparece ahora como la principal sospechosa, pese a que en un primer momento se había intentado desviar la atención hacia Cruz.
La promo resulta doblemente impactante porque no solo recuerda el atentado contra Hann, sino que enlaza este crimen con otro mucho más antiguo: el asesinato de Dolores. En esas imágenes se recupera una frase clave de Cruz, quien en su momento afirmó con determinación que Leocadia había sido la auténtica responsable de aquel asesinato. “Fue ella quien lo planificó todo. No fui yo. Sabes perfectamente por qué murió Dolores y estás manipulando a Hann para que crea que fui yo la culpable”. Esas palabras resuenan ahora con más fuerza que nunca, situando a Leocadia en el centro de todas las sospechas.
La estrategia narrativa de la serie es clara: recordar al espectador que el misterio de Dolores ya había sido resuelto dentro de la trama y que la asesina no era otra que Leocadia. La promo, al poner juntas ambas historias, subraya la idea de que Hann no solo es víctima de un intento de asesinato, sino que además estaba a punto de destapar un entramado oscuro de crímenes que implican directamente a la madre de Curro.
Las imágenes muestran a Leocadia entrando de manera inesperada en la habitación de Hann, mientras la joven, sorprendida, pronuncia: “¿Qué hace aquí tan tarde?”. No habían quedado, no había cita ni aviso. Fue una visita improvisada, una irrupción que inmediatamente despierta la sospecha. La escena resulta perturbadora porque, más allá de la tensión de la narrativa, deja en evidencia la confianza que Hann tenía en Leocadia, lo cual explica por qué permitió que la mujer llegara hasta su lecho sin resistencia.
La primera prueba contra Leocadia resulta casi obvia: era la persona con más interés en silenciar a Hann. La doncella, tras hablar con Cruz, ya no tenía tan claro que la marquesa fuera la única responsable de los crímenes pasados. Incluso había escuchado de la propia Leocadia que el varón mantenía una banda criminal y que ella, por ser su amante, participó de aquellos delitos. Hann se encontraba, por tanto, en condiciones de acusar tanto a Cruz como a Leocadia. Para la madre de Curro, esa posibilidad era inaceptable.
La segunda prueba es aún más contundente: Leocadia es quien más ha salido beneficiada con todo este caos. Con la detención de Cruz y la desaparición de Hann, la mujer se ha convertido de hecho, aunque no de derecho, en la señora del palacio. Ni Lorenzo, ni Petra, ni Jacobo han ganado nada en esta situación. Incluso Alonso ha quedado debilitado, incapaz de controlar los acontecimientos. En cambio, Leocadia, tras años de rencores acumulados, ha logrado desplazar a Cruz y al mismo tiempo ha eliminado un obstáculo tan incómodo como Hann.
La tercera prueba se conecta directamente con la noche del atentado. Hann, horas antes de recibir el disparo, había comentado a Leocadia que sería muy difícil acusar a Cruz ante la Guardia Civil por la falta de pruebas del crimen de Dolores. Fue entonces cuando Leocadia, con frialdad, le dijo que necesitarían “algo más que palabras”. La ironía trágica es que ese “algo más” acabó siendo el atentado contra la propia Hann, un suceso que introdujo la prueba clave del botón hallado en el dormitorio. Demasiado conveniente para ser casual.
La cuarta prueba apela a la lógica narrativa de la serie. La historia de Leocadia se construyó desde el inicio como la de una superviviente, una mujer capaz de hacer lo que fuera necesario para salir adelante. En el pasado, cuando Cruz quiso eliminarla y mandó a Rómulo a matarla, se salvó gracias a que estaba embarazada. Sin embargo, ahora ella no mostró piedad alguna hacia Hann, pese a que también se encontraba en estado. Esa contradicción resalta la crueldad y la falta de escrúpulos de Leocadia, convirtiéndola en una villana implacable.
La quinta prueba tiene que ver con la confianza. Hann permitió que la persona que intentó matarla llegara hasta su dormitorio. Si hubiera sido Lorenzo o Jacobo, probablemente se habría levantado para enfrentar la situación. El hecho de que la dejara entrar hasta el fondo significa que no se trataba de un intruso cualquiera, sino de alguien cercano. Las conversaciones previas entre ambas, donde Leocadia se mostraba como una aliada interesada, explican por qué Hann no sospechó de su verdadera intención.
La sexta prueba se sostiene en la forma en que la serie ha sido filmada. En varias escenas previas, Leocadia aparecía difuminada al fondo del plano, observando a Hann como una depredadora acechando a su presa. La dirección y la fotografía ya insinuaban que esta mujer estaba destinada a convertirse en la amenaza principal. Cada encuadre era una advertencia al espectador.
La séptima y última prueba introduce el misterio del veneno. Aunque Hann fue herida de un disparo, también se descubrió que había sido envenenada. Aquí la hipótesis es que Leocadia pudo tener cómplices, y el más señalado sería Jacobo. El joven podría haber actuado como “tonto útil”, siguiendo órdenes sin medir las consecuencias, del mismo modo que en el pasado Cruz manipuló al conde de Añil. Petra queda descartada porque siempre mostró desprecio hacia la marquesa y jamás participó en el crimen. Lorenzo, por su parte, descubrió demasiado tarde la verdad y no tuvo margen de acción.
La teoría se refuerza con un detalle inquietante: Jacobo tenía vínculos con un experto en venenos, el mismo que en su momento proporcionaba láudano a Eugenia. Esto abre la puerta a la posibilidad de que él fuera el encargado de suministrar la sustancia que debilitó a Hann.
En conclusión, la promo del lunes se convierte en un auténtico parteaguas. La imagen de Leocadia entrando en la habitación de Hann y la frase “¿Qué hace aquí tan tarde?” no dejan lugar a dudas: todo apunta a ella como la responsable del disparo. Y lo más inquietante es que, al mismo tiempo, la historia conecta con el crimen de Dolores, recordando a todos que Leocadia siempre estuvo detrás de los hilos más oscuros de La Promesa.
Lo que hasta ahora parecía un misterio con múltiples sospechosos se va cerrando poco a poco en torno a una sola figura: la de Leocadia de Figueroa. Una mujer que no conoce límites, capaz de manipular a todos a su alrededor y de mancharse las manos de sangre con tal de asegurar su supervivencia y su ascenso dentro del palacio. El lunes, la serie promete confirmar el que ya se anuncia como “el crimen del siglo” dentro de su universo narrativo, dejando claro que el verdadero monstruo siempre había estado en casa.