THE PROMISE PREVIEW – Manuel sabotaged, plane crash, and a detail that scares everyone
mayor seguridad en las maniobras”, le dirá con convicción, mientras Manuel escucha fascinado y anota cada detalle. Tono, por su parte, pondrá manos a la obra, ensamblando piezas, ajustando herrajes y mostrando una destreza que sorprende incluso al propio Manuel, quien no dudará en alabarlo delante de todos.
Con el paso del tiempo, la complicidad entre los tres crecerá. La terraza de la caballeriza se llenará de piezas terminadas: hélices perfectamente pulidas, instrumentos de navegación conseguidos en Madrid y estructuras metálicas listas para volar. Manuel, orgulloso, compartirá cómo algunos vendedores solo aceptaron negociar al ver su apellido en las cartas de recomendación. El ambiente se volverá ligero, lleno de bromas y camaradería, hasta el punto de que los criados del palacio notarán un cambio en él: lo verán más vital, más decidido, como aquel soñador que en su día deslumbraba a todos.
No todos estarán contentos con esta transformación. Lorenzo y, sobre todo, Leocadia, empezarán a desconfiar del papel de De Nora. La considerarán demasiado inteligente para ser una simple extranjera y sospecharán que sus intenciones esconden ambiciones ocultas. Los cuchicheos crecerán mientras el proyecto avanza a pasos agigantados.
Después de tres intensos meses, el gran día llegará: el aeroplano estará listo. La estructura brillará bajo la luz del amanecer, las hélices girarán con precisión y cada instrumento responderá como estaba planeado. La emoción será indescriptible. Manuel acariciará la máquina como si fuese una criatura viva y declarará que no se trata solo de un invento, sino del sueño que por fin ha logrado alzar sus alas.
En ese mismo momento, una noticia revolucionará el palacio: se organizará la primera competición aeronáutica en las cercanías de la capital. Con premios, patrocinadores y reconocimiento nacional, el evento representará la oportunidad perfecta para mostrar al mundo lo que han creado. Tono, entusiasmado, convencerá a Manuel de inscribirse, aunque al principio él dude de que lo acepten. Será Nora quien, con decisión, lo anime a participar: “Este aeroplano es único y tú eres el único que puede demostrarlo”. Ante aquella certeza, Manuel no tendrá más remedio que dar el paso.
La inscripción no solo marcará un hito en su vida profesional, sino también en su corazón. Esa misma noche, mientras revisan juntos los papeles bajo la tenue luz de un candil, Manuel y De Nora compartirán un momento íntimo y cargado de tensión. La cercanía, las miradas y el orgullo compartido desembocarán en un beso apasionado, el primero entre ambos, sellando un vínculo que va más allá de la amistad y del trabajo en equipo. Desde entonces, para Manuel, volar ya no será únicamente un reto técnico, sino también una prueba de amor y valentía.
La sorpresa llegará al día siguiente cuando Alonso, enterado de la competición, se presente en el taller. Para asombro de su hijo, el marqués no solo aprobará su participación, sino que además ofrecerá su apoyo económico como patrocinador. Este gesto, sincero y poco común en él, llenará de orgullo a Manuel y de esperanza a Tono y Nora. Sin embargo, mientras todos celebran, Leocadia hervirá de rabia. Ver a Alonso volcar su confianza en Manuel será insoportable. Decidida a impedir su triunfo, planeará en secreto sabotear la aeronave.
Junto con Petra, su fiel pero temerosa aliada, Leocadia entrará una noche al taller y manipulará piezas clave del motor. Aflojará tornillos, invertirá rondellas y dejará todo en apariencia intacto, aunque en realidad el aeroplano quedará sentenciado al fracaso. Su plan es claro: Manuel no debe triunfar; debe ser humillado públicamente y, si es posible, perder mucho más que su dignidad.
Llegará el día de la competición. El cielo despejado, las banderas ondeando y la expectación de decenas de espectadores marcarán la jornada. Manuel, vestido con elegancia y nervios contenidos, se subirá al aeroplano entre aplausos. Nora y Tono, desde abajo, revisarán cada detalle una vez más. Alonso, emocionado, lo animará desde la distancia. Todo parecerá perfecto… hasta que, en pleno despegue, algo empiece a fallar. El motor emitirá ruidos extraños, los controles no responderán y la nave se inclinará peligrosamente. En cuestión de segundos, el sueño de Manuel se desplomará contra el suelo en medio de gritos y polvo.
El accidente dejará a Manuel inconsciente y gravemente herido, trasladado de urgencia al palacio mientras Nora llora desconsolada creyendo que algún error en sus cálculos ha sido la causa. Pero Tono, decidido a esclarecer la verdad, inspeccionará el motor y descubrirá la evidencia del sabotaje. Una pieza manipulada demostrará que aquello no fue un fallo técnico, sino un acto intencionado.
Cuando Manuel despierte días después, todavía débil pero consciente, Nora estará a su lado. Él la tranquilizará asegurándole que nunca se equivocó y que todo fue parte de un plan contra él. La confirmación llegará poco después: Pia revelará que escuchó conversaciones sospechosas y todas las miradas se dirigirán a Leocadia y Petra.
La revelación será pública y estallará en el gran salón del palacio. Tono presentará la pieza alterada y Petra, entre lágrimas, confesará que fue obligada por Leocadia. La verdad saldrá a la luz: el accidente fue un intento de asesinato. Las autoridades intervendrán de inmediato y ambas serán arrestadas frente a todos, entre gritos, acusaciones y la indignación de los presentes.
Mientras son llevadas entre guardias, Manuel, apoyado en un bastón, sentenciará que el cielo está hecho para los valientes y los soñadores, no para los que actúan con maldad. Con esa declaración, quedará claro que, pese al dolor, nada podrá frenar su deseo de volar ni la esperanza que ahora comparte con Nora.
Así, este capítulo no solo marcará el triunfo del amor y la verdad sobre la traición, sino también el inicio de una nueva etapa en La Promesa, donde los sueños de Manuel seguirán latiendo con más fuerza que nunca, incluso después de haber estado a punto de perderlo todo.