EL PLAN SECRETO DE TVE PARA REVOLUCIONAR LA PROMESA || CRÓNICAS de #LaPromesa #series

Una tensión casi invisible pero profunda se extendía sobre La Promesa, como una sombra que anunciaba que algo irreversible estaba a punto de suceder. Era como si el propio palacio aguardara, conteniendo el aliento antes de un estallido capaz de cambiar para siempre la vida de todos. Aquella noche, Manuel y Curro, hermanos separados durante años por secretos, rencores y heridas mal cerradas, estaban a punto de formar una alianza tan inesperada y poderosa que pondría en jaque al hombre que había dominado sus destinos con crueldad durante décadas: Lorenzo de la Mata.

Su caída parecía cercana, casi inevitable, aunque nadie podía anticipar de qué modo la verdad terminaría por abrirse paso entre tantas mentiras ocultas y silencios impuestos. Las estancias doradas del palacio se teñían de penumbra, cargadas de una electricidad sutil pero innegable: un secreto demasiado antiguo estaba a punto de abrirse como una grieta que engulle todo a su paso, capaz de reescribir historias, derribar máscaras y sorprender incluso a quienes creían haberlo visto todo.

Todo se desencadenó esa tarde, en la aparente tranquilidad del estudio de don Alonso. El tic-tac grave del péndulo marcaba las tres, rompiendo un silencio casi reverencial. Manuel había entrado solo, con la intención inocente de recoger documentos sobre la empresa de motores que debía presentar a los inversores madrileños. No imaginaba que, entre el olor a madera envejecida y la nostalgia impregnada en cada objeto, lo aguardaba una verdad capaz de poner el mundo patas arriba, no solo el suyo, sino también el de Curro y el de todos los habitantes del palacio.

 

El marqués se encontraba fuera, cabalgando con Martina, como solía hacer a esa hora, de modo que el palacio estaba extrañamente callado, demasiado inmóvil. Mientras Manuel recorría la sala, sus ojos se posaron en los retratos familiares: su madre, Cruz, tan rígida como siempre; su padre, retratado en tiempos más livianos; y, casi escondida, la imagen recién colocada de Dolores Expósito, la madre de Curro, añadida en un gesto tardío de don Alonso. Algo dentro de Manuel se agitó, como un presentimiento que aún no encontraba forma.

 

Avance semanal de 'La promesa': Manuel entra en acción para evitar la boda  de Ángela y Lorenzo - La promesa

Buscando entre los cajones la documentación necesaria, notó una pequeña irregularidad: un doble fondo ligeramente desplazado, perteneciente al cajón que el marqués guardaba siempre bajo llave como si escondiera en él su más íntimo pecado. El detalle parecía insignificante, pero fue suficiente para despertar una oleada de sospechas imposibles de ignorar. ¿Y si allí dentro se ocultaba la verdad que tantos habían callado por años? ¿Pruebas, confesiones, documentos prohibidos?

Con las manos temblorosas, Manuel retiró la tabla que encubría el falso fondo. Descubrió un puñado de papeles amarillentos, escrituras antiguas y, entre ellas, una carta envuelta en un terciopelo negro casi ceremonial. Al ver la caligrafía inclinada y arrogante, reconoció de inmediato la letra de Lorenzo de la Mata. La fecha, de más de veinte años, le golpeó como un latigazo. Al comenzar a leer, sintió cómo se le helaba la sangre.

“La cuestión de Dolores Expósito ha quedado… resuelta.”

La confesión era directa, brutal: Lorenzo relataba la muerte de Dolores, envenenada lenta y meticulosamente. Y no solo eso: mencionaba un cómplice, un plan y el hecho de que él mismo se había hecho pasar por un supuesto salvador del pequeño Curro, cuando en realidad había sido el verdugo que lo dejó sin madre. La náusea lo invadió. Todo el dolor de su hermano cobraba un nuevo significado, terrible y desgarrador.

Sin dudarlo un instante, Manuel tomó la carta y corrió en busca de Curro. Lo encontró en los jardines, abatido por el regreso de Lorenzo y aún destrozado por la muerte de Jana, cuya responsabilidad intuía. Cuando leyó la carta, su rostro perdió el color, luego tembló y finalmente se transformó en una máscara de furia absoluta. “La mató… mató a mi madre”, logró susurrar con una voz que